En medio de la creciente incertidumbre económica y las tensiones geopolíticas, el oro está demostrando ser un refugio seguro para los inversores, superando significativamente al Bitcoin en rendimiento. Este fenómeno está siendo impulsado por diversos factores, incluyendo la caída de las acciones tecnológicas relacionadas con la inteligencia artificial (IA) y una revaluación del papel del Bitcoin como cobertura contra la volatilidad del mercado.
El precio del oro ha experimentado un aumento notable en las últimas 24 horas, con el precio al contado subiendo un 0,6% hasta los $2,468 por onza y los futuros de oro en Estados Unidos ganando un 0,3% hasta los $2,481.50. Estos movimientos han acercado al metal precioso a su máximo histórico de $2,483.68, alcanzado el 17 de julio. Este repunte se produce en un contexto de creciente preocupación por la estabilidad económica global y el aumento de las tensiones geopolíticas.
Jasper De Maere, Jefe de Investigación de Outlier Ventures, señala que el oro ha mantenido su valor de manera impresionante durante la reciente venta masiva en el mercado, desacoplándose de los índices más amplios como el SPX y el Nasdaq. Este comportamiento refuerza la percepción del oro como un activo seguro en tiempos de turbulencia económica.
En contraste con el desempeño del oro, el Bitcoin ha mostrado una mayor volatilidad y una correlación más estrecha con las acciones tecnológicas. La criptomoneda líder ha experimentado una caída del 4% en el último día, cotizando alrededor de los $58,468, lo que representa una disminución de aproximadamente el 23% desde su máximo histórico de alrededor de $73,000.
Esta divergencia en el rendimiento entre el oro y el Bitcoin ha llevado a muchos inversores a cuestionar la eficacia de la criptomoneda como cobertura en momentos de incertidumbre, tensiones geopolíticas y la volatilidad del mercado. De Maere explica que, desde una perspectiva macroeconómica, los inversores buscan reservas de valor en respuesta a la inflación, la devaluación de la moneda, la inestabilidad económica y los crecientes riesgos geopolíticos. Aunque el Bitcoin se considera un activo escaso similar al oro, su comportamiento en el mercado se asemeja más al de las acciones tecnológicas especulativas.
La correlación entre el Bitcoin y otras criptomonedas, como el ether, sigue siendo alta, con una correlación de 30 días superior al 0,95. Esto sugiere que muchos inversores aún no distinguen entre los diferentes tipos de activos basados en blockchain, tratándolos como una única clase de activo.
El futuro del Bitcoin como activo de cobertura
A pesar de los desafíos actuales, De Maere mantiene una visión optimista sobre el potencial del bitcoin a largo plazo. Reconoce que la criptomoneda aún tiene un camino por recorrer antes de convertirse en una cobertura convencional como el oro, citando la falta de claridad regulatoria y el entorno aún inmaduro del mercado cripto como factores contribuyentes.
Sin embargo, destaca la continua innovación en la capa base de Bitcoin y el compromiso de empresas como Outlier Ventures en el desarrollo del ecosistema criptográfico. En particular, señala el potencial de Bitcoin en el ámbito de las finanzas descentralizadas (DeFi) institucionales, donde se está posicionando como una blockchain viable para competir contra otros ecosistemas más maduros. Algunas expertos aseguran que todo el sistema financiero podría moverse a un sistema de cadena de bloques y el Bitcoin podría jugar un papel fundamental en este nuevo paradigma.
En conclusión, mientras el oro reafirma su estatus como refugio seguro en tiempos de incertidumbre económica y geopolítica, el bitcoin enfrenta desafíos para establecerse como una alternativa confiable. No obstante, el potencial a largo plazo de la criptomoneda sigue siendo significativo, y su evolución en los próximos años será crucial para determinar su papel en el panorama financiero global.