Decisión estratégica: Recuperar cuota de mercado
En el centro de esta decisión está la necesidad de Arabia Saudita de no seguir cediendo cuota de mercado a otros productores, especialmente a los Estados Unidos. En los últimos años, la producción de crudo de EE. UU. ha aumentado significativamente, situándose en el 20% de la oferta mundial, mientras que Arabia Saudita ha visto su participación caer por debajo del 10%. En contraste, la cuota de mercado del grupo OPEP+, que se estableció formalmente en 2016 para coordinar recortes de producción y estabilizar los precios, ha disminuido a niveles históricamente bajos debido a una combinación de factores, incluidas las reducciones de producción del grupo y el aumento de la oferta por parte de otros productores.
Hasta ahora, Arabia Saudita ha soportado la mayor parte de los recortes de producción dentro de OPEP+, reduciendo su producción en aproximadamente 2 millones de barriles por día (bpd) desde finales de 2022. El grupo en su conjunto ha estado reduciendo su producción en 5.86 millones de bpd, lo que equivale aproximadamente al 5.7% de la demanda mundial de petróleo. Estos recortes fueron diseñados para contrarrestar la debilidad de la demanda global, especialmente en China, y el aumento de la oferta por parte de otros productores, pero no han sido suficientes para mantener los precios en niveles altos.
Con la caída del precio del crudo Brent en un 1.7% hasta los $72.25 el 26 de septiembre, Arabia Saudita ha optado por modificar su enfoque. A pesar de que los precios del crudo han caído cerca de un 5% en lo que va del año, el reino ha decidido que es hora de aumentar la producción de nuevo, un movimiento que podría cambiar el equilibrio en el mercado petrolero internacional.
Preparación para precios más bajos y estabilidad económica
Arabia Saudita, según el informe del Financial Times, está preparada para asumir un período de precios más bajos si eso significa recuperar cuota de mercado. El reino, el mayor exportador mundial de petróleo, está confiado en que sus abundantes reservas internacionales de divisas y sus opciones de endeudamiento le permitirán resistir un posible impacto financiero por la disminución de los precios del crudo.
Este enfoque es una señal de que Riad no está dispuesta a continuar cediendo terreno a los productores de esquisto de EE. UU., que han aumentado su producción mientras los miembros de la OPEP+ han reducido la suya. Con la decisión de OPEP+ de elevar la producción a partir del 1 de diciembre, Arabia Saudita planea estar a la vanguardia de este cambio, incluso si eso significa un período prolongado de precios del petróleo por debajo de los niveles anteriores.
Además, esta decisión marca un cambio de estrategia en comparación con los recortes de producción previamente acordados en octubre y noviembre, cuando el grupo decidió retrasar un aumento en la producción debido a la caída de los precios del crudo a su nivel más bajo en nueve meses. En ese momento, la OPEP+ había señalado que podría seguir retrasando o incluso revertir los aumentos si fuera necesario, algo que ya no parece ser el caso.
El futuro del mercado petrolero global
El futuro del mercado energético global podría verse drásticamente afectado por este cambio de rumbo. Con una mayor oferta proveniente de Arabia Saudita, el precio del petróleo podría mantenerse en niveles más bajos a corto y medio plazo. Esto podría beneficiar a los países consumidores, ya que los precios del crudo más bajos generalmente conducen a menores costos de energía, reduciendo así la presión inflacionaria en las economías globales.
Sin embargo, este movimiento también podría plantear riesgos para los productores de petróleo de alto costo, que pueden no ser capaces de competir con los niveles de producción aumentados a precios más bajos. Los países que dependen en gran medida de los ingresos del petróleo, incluidos muchos de los miembros de la OPEP, podrían verse obligados a ajustar sus economías y presupuestos a un entorno de precios más bajos.
El cambio estratégico de Arabia Saudita también subraya la complejidad del equilibrio entre la oferta y la demanda en el mercado mundial del petróleo. A medida que los actores clave buscan mantener su participación en el mercado, la fluctuación de los precios seguirá siendo un desafío tanto para los productores como para los consumidores. Riad parece decidido a hacer valer su peso en este delicado equilibrio, incluso a costa de sacrificar su objetivo anterior de mantener un precio elevado por barril.
En conclusión, Arabia Saudita ha decidido apostar por una mayor producción, asumiendo que puede soportar precios más bajos durante un tiempo, todo ello con el objetivo de reafirmar su liderazgo en el mercado petrolero global y no seguir cediendo terreno a competidores como Estados Unidos. El impacto de esta decisión se sentirá en todo el mundo, con implicaciones tanto para la economía global como para el futuro de la industria petrolera.