Sony Group Corp., el gigante tecnológico japonés, ha presentado unos resultados financieros que superan con holgura las previsiones del mercado. En su segundo trimestre fiscal, la compañía registró un beneficio operativo de 429.000 millones de yenes (unos 2.780 millones de dólares), frente a los 398.000 millones esperados por los analistas de LSEG SmartEstimates. Los ingresos alcanzaron los 3,1 billones de yenes (20.140 millones de dólares), un aumento del 5% interanual, impulsados principalmente por el dinamismo de las divisiones de música y sensores de imagen.
El anuncio vino acompañado de una noticia que los mercados recibieron con entusiasmo: una recompra de acciones por valor de 100.000 millones de yenes (aproximadamente 648 millones de dólares). La reacción fue inmediata; las acciones de Sony subieron más de un 6% en la Bolsa de Tokio tras la publicación de los resultados.
La empresa, fundada hace casi ocho décadas, revisó además al alza su pronóstico anual. Sony espera ahora que su beneficio operativo crezca 100.000 millones de yenes adicionales, lo que supone un incremento del 8% sobre su estimación anterior. También elevó su proyección de ingresos en 300.000 millones de yenes, gracias al vigor de sus negocios más rentables y a una reducción de las pérdidas esperadas por los aranceles estadounidenses, que pasarán de 70.000 a 50.000 millones de yenes, tras el nuevo acuerdo comercial alcanzado entre Tokio y Washington el pasado julio.
Música y sensores: los nuevos pilares del imperio Sony
Aunque tradicionalmente reconocida por su papel en la industria del entretenimiento y los videojuegos, Sony está cosechando ahora los frutos de su diversificación. Su división de sensores e imagen alcanzó un beneficio operativo de 138.300 millones de yenes, un salto de casi el 50% respecto al año anterior. Este negocio, que fabrica semiconductores avanzados utilizados en teléfonos inteligentes, automóviles y sistemas industriales, se ha convertido en el segmento más rentable del grupo.
La división musical también vivió un trimestre excepcional, con un crecimiento del 27,6% en su beneficio operativo, hasta los 115.400 millones de yenes. Las licencias, los catálogos de artistas globales y el auge de las plataformas de streaming impulsaron unos resultados que confirman el papel de la música como motor de rentabilidad estable en un contexto tecnológico cambiante.
El área de videojuegos, que incluye la emblemática marca PlayStation, siguió siendo el principal generador de ingresos de la compañía, aunque con un descenso del 13,2% en su beneficio trimestral, hasta los 120.400 millones de yenes. La división de Game & Network Services continúa beneficiándose del crecimiento de las compras digitales y de la suscripción PlayStation Plus, aunque el ritmo de ventas de hardware se mantiene moderado tras la consolidación de la consola PS5.
Luces y sombras en el negocio audiovisual
No todo fueron noticias positivas. La unidad de cine y televisión de Sony registró una caída del 25% en su beneficio operativo respecto al año anterior, pese al éxito global de KPop Demon Hunters, la producción animada de Sony Pictures Animation estrenada el pasado junio. La película, convertida en un fenómeno en Netflix y coronada como el título más visto de la plataforma, incluso rompió récords con su banda sonora original.
Sin embargo, Sony no pudo capitalizar plenamente el fenómeno, ya que había vendido a Netflix los derechos exclusivos de distribución del film, obteniendo solo una ganancia inicial de 25 millones de dólares por la producción. El acuerdo, aunque lucrativo a corto plazo, limitó el potencial de ingresos derivados de su éxito viral. Aun así, Netflix ha premiado el desempeño de la cinta con una prima adicional de 15 millones de dólares y ha confirmado que una secuela ya está en desarrollo.
Perspectivas: un futuro de innovación y rentabilidad
El desempeño reciente refuerza la estrategia de Sony de consolidar sus pilares tecnológicos —especialmente los semiconductores de imagen— mientras mantiene su liderazgo en entretenimiento y música. Con una estructura cada vez más equilibrada y una gestión prudente frente a los desafíos comerciales globales, la empresa parece bien posicionada para sostener su crecimiento.
En un mercado dominado por la volatilidad tecnológica, Sony ofrece una narrativa poco habitual: la de una compañía capaz de reinventarse constantemente sin perder su identidad. Si el trimestre actual es un indicio, el gigante japonés podría estar entrando en una nueva etapa de madurez, en la que la innovación y la rentabilidad avanzan, por fin, al mismo ritmo.