Banco Santander volvió a sorprender a los mercados con unos resultados del tercer trimestre que superaron las previsiones más optimistas. La entidad presidida por Ana Botín registró un beneficio neto de 3.504 millones de euros entre julio y septiembre de 2025, un 8 % más que el año anterior, gracias a la fuerte expansión de su negocio en Estados Unidos y a las mejoras de eficiencia derivadas de su transformación digital. El banco mantiene así su racha de seis trimestres consecutivos de beneficios récord y se encamina a cumplir los ambiciosos objetivos anuales fijados para este ejercicio.
El crecimiento del grupo se apoya en una estrategia que combina disciplina financiera, diversificación geográfica y digitalización integral. Con presencia en diez mercados principales y una base de 178 millones de clientes —siete millones más que hace un año—, Santander ha logrado compensar la debilidad de algunas economías latinoamericanas con un desempeño especialmente fuerte en Norteamérica y Europa.
El impulso estadounidense y la disciplina digital
En Estados Unidos, su quinto mayor mercado, el beneficio neto subyacente aumentó un impresionante 64 % interanual, impulsado por mayores ingresos por préstamos y menores costes de financiación gracias a la expansión de Openbank, su filial digital. El negocio de banca corporativa y de inversión también aportó un crecimiento relevante, consolidando la posición de Santander como uno de los actores internacionales más dinámicos dentro del sistema bancario estadounidense.
Este desempeño contrasta con la contracción observada en Brasil, donde la depreciación del real y un entorno macroeconómico más complejo redujeron el beneficio neto un 5,9 %. En Argentina, la caída fue más acusada —un 26 %—, afectada por la continua volatilidad del peso y la incertidumbre política. Sin embargo, el grupo logró contener el impacto regional gracias a su capacidad de generación orgánica de capital y a un riguroso control del riesgo crediticio: la ratio de morosidad bajó a 2,92 %, mínimos históricos, mientras que el coste del riesgo mejoró a 1,13 %.
España, su segundo mercado por beneficios, mostró un retroceso del 10 % en el beneficio subyacente debido a menores ganancias por operaciones financieras. Aun así, el margen de intereses creció un 1,7 %, y el director financiero, José García Cantera, aseguró que el banco espera una evolución más estable en los próximos trimestres, con un margen de intereses que se mantendrá “prácticamente sin cambios” respecto a 2024.
En el Reino Unido, cuarto mercado del grupo, el beneficio aumentó un 15 % gracias a menores provisiones, aunque Santander ha decidido retrasar la publicación completa de sus resultados locales a la espera de mayor claridad regulatoria sobre un posible esquema de compensación en el caso del motor finance mis-selling, un escándalo que ha afectado al sector bancario británico.
Un modelo rentable y sostenible: capital récord y foco en el accionista
A nivel consolidado, el grupo reportó un beneficio acumulado de 10.337 millones de euros en los nueve primeros meses del año, un 11 % más que en el mismo periodo de 2024, marcando el mejor resultado de su historia para ese lapso. El retorno sobre el capital tangible (RoTE) alcanzó el 16,1 % tras instrumentos AT1, y el ratio de capital CET1 se situó en un máximo histórico del 13,1 %, reflejando la fortaleza de su balance y su capacidad de generación interna de recursos.
Los ingresos totales se mantuvieron estables en 46.300 millones de euros, mientras que las comisiones netas alcanzaron un récord, creciendo un 4 % interanual. Los gastos operativos cayeron un 1 %, reflejo de la profunda transformación tecnológica del banco hacia un modelo más simple, digital e integrado. Esta eficiencia se tradujo en una mejora del ratio de costes sobre ingresos, que pasó del 41,2 % al 41,1 %.
Santander continúa así avanzando hacia sus metas de rentabilidad para 2025: un ROTE del 16,5 % y unos ingresos anuales cercanos a los 62.000 millones de euros. La entidad también confirmó su compromiso con la retribución al accionista, anunciando un dividendo en efectivo de 11,5 céntimos por acción en noviembre —un 15 % superior al del año pasado—, y reafirmando su intención de destinar al menos 10.000 millones de euros en recompras de acciones y dividendos entre 2025 y 2026.
“El resultado refleja la fortaleza de nuestro modelo de negocio y la disciplina con la que perseguimos un crecimiento rentable”, declaró Ana Botín, presidenta ejecutiva del grupo. “Nuestra diversificación geográfica y la escala global nos permiten generar valor incluso en entornos complejos, manteniendo un balance sólido y una rentabilidad sostenible”.
Perspectivas: estabilidad, capital y confianza del mercado
Las acciones de Santander subieron un 3,4 % tras la publicación de los resultados, acumulando un avance de más del 90 % en lo que va de 2025. Los analistas de Barclays calificaron el informe como “un conjunto de resultados globalmente positivo”, mientras que Jefferies destacó la mejora de casi todos los indicadores operativos y de capital.
De cara a los próximos meses, el grupo espera que la progresiva relajación monetaria en Europa y América impulse la actividad crediticia, mientras el entorno de inflación moderada contribuya a mejorar el coste de financiación. La expansión en áreas de alto crecimiento —como banca digital, financiación al consumo y servicios de inversión— seguirá siendo una prioridad.
Con una rentabilidad en máximos históricos, una base de clientes en expansión y una sólida política de retorno al accionista, Santander se consolida como el banco europeo mejor posicionado para aprovechar la nueva fase de recuperación global. Su fórmula —digitalización, diversificación y disciplina— parece haber encontrado el equilibrio que muchos de sus competidores todavía buscan.
O, como resumió gráficamente un analista de Londres, “Santander no solo está creciendo; está demostrando que un banco global puede ser eficiente, rentable y digital al mismo tiempo”.