La multinacional farmacéutica francesa Sanofi ha inaugurado una planta de producción de vacunas valorada en 800 millones de dólares singapurenses (aproximadamente 595 millones de dólares estadounidenses) en Singapur, marcando un hito significativo en la preparación global para enfrentar posibles pandemias. Este proyecto, bautizado como Modulus, representa la única instalación de este tipo que la empresa tiene fuera de Francia y promete revolucionar la capacidad de respuesta frente a emergencias de salud pública.
Una instalación evolutiva y versátil
La planta Modulus se distingue por su capacidad para adaptarse rápidamente a las necesidades de producción. A diferencia de las instalaciones convencionales, que requieren semanas o meses para cambiar de línea de producción, Modulus puede realizar este ajuste en cuestión de días. Este nivel de flexibilidad permite que la planta pueda fabricar hasta cuatro vacunas o tratamientos bioterapéuticos de manera simultánea, consolidándola como un pilar estratégico para la industria farmacéutica global.
Sanofi ha subrayado que esta tecnología tiene el potencial de fortalecer significativamente la preparación ante pandemias, al garantizar una respuesta ágil y precisa ante futuras amenazas sanitarias. Según Brendan O’Callaghan, vicepresidente ejecutivo de manufactura y suministro de Sanofi, esta instalación no está actualmente reservada exclusivamente para emergencias, pero podría adaptarse rápidamente para atender demandas específicas en caso de una pandemia. Este enfoque dinámico permite escalar la producción de manera eficiente, ajustando las prioridades según las necesidades emergentes.
El proyecto forma parte de una inversión global de 900 millones de euros que Sanofi está destinando al desarrollo de dos instalaciones evolutivas de vacunas (EVFs, por sus siglas en inglés) en un periodo de cinco años. La otra instalación se encuentra en Neuville-sur-Saône, Francia, lo que refuerza el compromiso de la empresa con la innovación en el ámbito de la salud.
Singapur: un hub estratégico para la biomedicina
La elección de Singapur como sede para esta instalación no es casual. La nación asiática ha consolidado su posición como un centro estratégico para la biomedicina, atrayendo inversiones significativas de las principales empresas farmacéuticas a nivel mundial. En 2024, firmas como Novartis, AstraZeneca y Pfizer han anunciado inversiones multimillonarias en el país, destacando su atractivo como plataforma para la innovación en salud.
El ministro de Salud de Singapur, Ong Ye Kung, destacó durante el evento de inauguración que la experiencia de la pandemia de Covid-19 subrayó la importancia de fortalecer la preparación global frente a crisis sanitarias. A diferencia de la tendencia de «nacionalismo de vacunas» observada durante la pandemia, Singapur ha adoptado un enfoque colaborativo, invitando a empresas como Sanofi a invertir en el país y construir capacidades que beneficien tanto a la región como al mundo.
El nuevo centro no solo refuerza la infraestructura sanitaria de Singapur, sino que también genera un impacto económico directo al crear alrededor de 200 empleos especializados, incluyendo ingenieros de bioprocesos, especialistas en automatización y analistas de datos. Según lo previsto, la planta estará plenamente operativa a mediados de 2026.
Además, Ong destacó las ventajas competitivas de Singapur, como su régimen fiscal favorable, fuerza laboral altamente cualificada y relaciones laborales estables. Enfatizó que los sindicatos en el país trabajan en colaboración con la industria y el gobierno, fortaleciendo una relación tripartita que fomenta la confianza de los inversionistas internacionales.
Una visión para el futuro
La apertura de Modulus refuerza el estatus de Singapur como un líder global en la industria biomédica. Actualmente, el país alberga más de 60 instalaciones de manufactura, incluyendo plantas de ocho de las diez principales empresas biofarmacéuticas del mundo. Estas instalaciones producen una amplia gama de productos, desde ingredientes farmacéuticos activos hasta terapias celulares y vacunas.
Con esta inversión, Sanofi no solo busca mejorar su capacidad de respuesta ante emergencias sanitarias, sino también posicionarse como un referente en la producción de bioterapéuticos de última generación. Este esfuerzo se alinea con el compromiso de Singapur de mantener un entorno competitivo, estable y atractivo para la inversión extranjera, garantizando así un impacto positivo a largo plazo en la salud global y la economía local.