Materias Primas

El oro alcanza los 3.500 dólares por onza en medio de la incertidumbre global

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El precio del oro ha marcado un nuevo hito histórico al superar los 3.500 dólares por onza, consolidando su papel como refugio predilecto para los inversores en tiempos de turbulencia económica y política. Esta subida sin precedentes responde a una combinación de factores que van desde la debilidad del dólar hasta la creciente tensión comercial entre Estados Unidos y China, pasando por los ataques del presidente Donald Trump a la Reserva Federal. El metal precioso, tradicionalmente visto como un valor seguro frente a la volatilidad de los mercados, continúa recibiendo un impulso sostenido en un contexto internacional marcado por la inestabilidad.

Durante la mañana del martes, el oro al contado se cotizaba a 3.440,51 dólares por onza, con un incremento del 0,5%, después de haber tocado los 3.500,05 dólares más temprano en la jornada. Los futuros del oro en Estados Unidos también mostraron una subida destacada del 0,9%, situándose en 3.454,60 dólares. Este comportamiento refleja un claro apetito de los inversores por protegerse frente a las amenazas económicas actuales.

El refugio dorado frente a la tormenta comercial y monetaria

El aumento del precio del oro no es un fenómeno aislado ni repentino, sino el resultado de una acumulación progresiva de tensiones internacionales. Desde principios de año, el valor del metal ha subido más de un 30%, impulsado principalmente por las compras de los bancos centrales y por el deterioro de las relaciones comerciales entre las dos principales economías del mundo: Estados Unidos y China. Este enfrentamiento ha generado una atmósfera de incertidumbre que ha favorecido la búsqueda de activos considerados más seguros.

Analistas como Fawad Razaqzada, de City Index y FOREX.com, destacan que la fortaleza del impulso alcista del oro está desalentando a los inversores a vender, incluso ante ligeras correcciones del mercado. “El oro continúa encontrando compradores en cada caída de corto plazo, y resulta difícil predecir hasta dónde puede llegar su ascenso”, señaló el experto. El conflicto comercial ha creado una especie de neblina económica que mantiene en alerta a los activos de riesgo y refuerza el dominio de los llamados “toros del oro” —aquellos que apuestan por subidas sostenidas del precio del metal.

La presión política y el papel de la Reserva Federal

Otro factor decisivo en este escenario es la creciente presión política sobre la Reserva Federal. El presidente Trump volvió a arremeter el lunes contra el presidente del organismo, Jerome Powell, exigiendo una bajada de los tipos de interés. Este ataque directo no solo generó inquietud sobre la independencia de la política monetaria estadounidense, sino que también contribuyó al debilitamiento del dólar, lo que a su vez favorece al oro, ya que un billete verde más débil suele impulsar la demanda del metal.

El estratega de materias primas de TD Securities, Daniel Ghali, subrayó que la incertidumbre en torno a los aranceles es uno de los principales motores de la depreciación de las divisas en Asia, un factor que también ha estimulado la compra de oro a nivel global. A lo largo de la semana, los mercados estarán pendientes de los discursos de varios funcionarios de la Reserva Federal, buscando pistas sobre el rumbo de la política monetaria y evaluando si la institución podrá resistir las presiones del Ejecutivo.

A pesar del entusiasmo del mercado, algunos indicadores técnicos advierten sobre un posible exceso en la valorización del oro. El índice de fuerza relativa (RSI), que mide la magnitud de las variaciones recientes del precio, se sitúa en 79, lo que podría indicar que el metal se encuentra en una zona de sobrecompra.

En paralelo a este auge del oro, otros metales preciosos también mostraron movimientos positivos. La plata subió un 0,3% hasta los 32,63 dólares por onza, el platino se mantuvo estable en 962,36 dólares, y el paladio experimentó una subida del 1,4%, alcanzando los 940 dólares por onza.

Conclusión: la fiebre del oro en tiempos de turbulencia

La trayectoria ascendente del oro pone de manifiesto cómo los mercados buscan refugios tradicionales en medio de un clima dominado por el miedo, la política y la incertidumbre económica. Con una escalada imparable, los ojos de los inversores siguen fijos en el metal precioso, conscientes de que su brillo suele intensificarse cuando el horizonte financiero se ensombrece. Mientras las tensiones persistan y el debate sobre la dirección de la política monetaria siga abierto, es probable que el oro continúe siendo el protagonista indiscutible de los mercados internacionales.

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