La tecnológica Oracle ha protagonizado una de las semanas más impresionantes de su historia reciente en Wall Street. Con un aumento del 24% en el precio de sus acciones en tan solo unos días, la compañía ha cerrado su mejor semana bursátil desde abril de 2001, cuando el estallido de la burbuja puntocom marcaba un momento convulso en los mercados tecnológicos. Pero a diferencia de entonces, el escenario actual se pinta con matices muy distintos: Oracle ya no es solo un actor tradicional del software empresarial, sino que ha emergido con fuerza en el campo del cloud computing, encontrando una posición privilegiada en un mercado dominado por gigantes como Amazon, Microsoft y Google.
La reacción eufórica del mercado llegó después de la publicación del informe de resultados trimestrales, en el cual Oracle no solo superó las estimaciones de ingresos y beneficios, sino que también presentó unas previsiones para el próximo año fiscal muy por encima del consenso de analistas. La CEO de la compañía, Safra Catz, adelantó que las ventas podrían superar los 67.000 millones de dólares, una cifra muy por encima de los 65.180 millones proyectados por LSEG. El viernes, las acciones de Oracle cerraron en un máximo histórico de 215,22 dólares.
El auge de la IA y el papel de Oracle como proveedor de infraestructura
Detrás del ascenso fulgurante de Oracle se encuentra el crecimiento explosivo de la demanda en inteligencia artificial generativa y, con ello, la necesidad de contar con infraestructuras en la nube potentes y escalables. Oracle ha sabido posicionarse como proveedor clave para algunas de las empresas más activas en esta nueva frontera tecnológica. Entre sus clientes se encuentran Meta, OpenAI y xAI —la iniciativa de Elon Musk—, compañías que consumen enormes cantidades de chips de alto rendimiento como las GPU de Nvidia para entrenar modelos de IA capaces de generar texto, imágenes y videos.
La apuesta de Oracle por reforzar su infraestructura ha sido contundente. Solo en el año fiscal 2025, la compañía destinó más de 21.000 millones de dólares en inversiones de capital, una cifra que supera la suma total de sus inversiones entre 2019 y 2024. Para el ejercicio fiscal 2026, se espera que la cifra alcance los 25.000 millones. Aunque todavía por detrás de los colosos del sector —Google prevé gastar 75.000 millones en capital este año, y Microsoft, 80.000 millones—, Oracle está decidida a cerrar distancias.
Según declaraciones de su presidente Larry Ellison, la demanda que están recibiendo es “astronómica” y supera con creces su capacidad actual de respuesta. “Tenemos que avanzar metódicamente. El motivo por el que la demanda sigue superando a la oferta es que solo podemos construir estos centros de datos y computadoras a cierta velocidad”, explicó durante la llamada con analistas. Ellison incluso afirmó que Oracle tiene previsto construir y operar más centros de datos en la nube que todos sus competidores combinados, una declaración audaz que subraya la ambición de la empresa.
Una transformación que empieza a dar frutos
Lo que durante años fue considerado como un retraso estratégico —su entrada tardía al negocio de la nube— se ha transformado en una ventaja competitiva inesperada. Oracle ha construido una propuesta enfocada a nichos específicos, incluyendo servicios altamente optimizados para IA, lo cual ha captado el interés de empresas emergentes como Baseten, Physical Intelligence y Vast Data, además de los ya mencionados pesos pesados del sector tecnológico.
El analista Joseph Bonner, de Argus Research, señaló en un informe a sus clientes que Oracle se encuentra en una posición “envidiable” al no poder satisfacer toda la demanda que recibe. Recomendó la compra de acciones y elevó su precio objetivo de 200 a 235 dólares.
En lo que va de 2025, las acciones de Oracle acumulan una subida del 29%, muy por encima del índice Nasdaq, que apenas ha avanzado un 1%. Entre las grandes tecnológicas estadounidenses, solo Meta se le acerca con una ganancia anual del 17%.
Con estos resultados y perspectivas, Oracle parece haber dejado atrás su imagen de gigante rezagado para convertirse en uno de los protagonistas de la nueva revolución tecnológica basada en la nube y la inteligencia artificial. Si mantiene este ritmo de crecimiento y ejecución, no sería sorprendente que la compañía volviera a marcar una era dorada similar a la que vivió en sus primeros años como líder del software empresarial.