Estados Unidos

Oracle: La apuesta más grande en la historia de los centros de datos

La alianza entre OpenAI y Oracle marca un antes y un después en la carrera por el dominio de la infraestructura de IA, mientras el magnate Larry Ellison asciende al podio de los más ricos del planeta.

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La revolución de la inteligencia artificial está alcanzando nuevas cotas de ambición. OpenAI, la compañía que encabeza la carrera de los modelos generativos de lenguaje, ha confirmado públicamente que firmó un acuerdo sin precedentes con Oracle por servicios de infraestructura: un contrato que implica el pago de 30.000 millones de dólares anuales. Esta colaboración no solo redefine el mercado de la computación en la nube, sino que también consolida a Oracle como uno de los principales arquitectos del futuro digital global.

El acuerdo, que había sido anticipado por una presentación de Oracle ante la SEC el pasado 30 de junio, permanecía envuelto en el misterio hasta que el propio Sam Altman, CEO de OpenAI, reconociera la alianza —aunque sin confirmar cifras— a través de un comunicado en X (antes Twitter) y en el blog corporativo de la compañía. El monto, sin embargo, fue detallado por The Wall Street Journal, desatando una ola de especulaciones sobre las dimensiones reales del megaproyecto que une a las dos firmas.

El acuerdo forma parte del ambicioso plan Stargate, presentado en enero junto a SoftBank y con un presupuesto proyectado de 500.000 millones de dólares. En su primera fase, OpenAI contratará 4,5 gigavatios de capacidad en infraestructuras de datos, lo que equivale aproximadamente a la energía que generan dos presas Hoover, suficiente para abastecer a cuatro millones de hogares. Stargate I, el primer gran complejo de este titánico plan, se construirá en Abilene, Texas, y se espera que se convierta en uno de los centros neurálgicos más poderosos del planeta para entrenamiento de modelos de IA.

Para Oracle, esta operación es a la vez una victoria y un desafío colosal. La empresa destinó más de 21.000 millones de dólares en inversiones de capital el año pasado y proyecta otros 25.000 millones en este ejercicio, cifras orientadas mayoritariamente al desarrollo de centros de datos. No obstante, su CEO, Safra Catz, dejó claro que este gasto también responde a las necesidades de otros clientes, no solo de OpenAI. El contrato, por tanto, pone a prueba tanto la capacidad técnica como la eficiencia financiera de Oracle, que deberá escalar sus operaciones sin sacrificar márgenes en un mercado cada vez más competitivo y capital-intensivo.

Larry Ellison: del código al Olimpo de la riqueza

La magnitud del acuerdo con OpenAI no solo ha transformado el balance de Oracle; también ha catapultado la fortuna personal de su fundador y actual CTO, Larry Ellison. Con una participación cercana al 40% en la compañía, Ellison ha visto su patrimonio crecer en casi 60.000 millones de dólares solo en lo que va de 2025, superando a Mark Zuckerberg y colocándose como la segunda persona más rica del mundo, solo por detrás de Elon Musk, según el índice de multimillonarios de Bloomberg.

A sus 80 años, Ellison sigue siendo una figura influyente y activa dentro del sector tecnológico. Su cercanía con la Casa Blanca bajo la actual administración Trump ha sido clave para posicionar a Oracle como pieza central del programa Stargate, que promete invertir medio billón de dólares en infraestructura de IA durante los próximos cuatro años. Junto a OpenAI, SoftBank y MGX, Oracle no solo actúa como proveedor, sino como socio estratégico en la carrera por consolidar el liderazgo estadounidense en inteligencia artificial frente al avance chino y europeo.

Pero el ascenso bursátil de Oracle no se debe únicamente a alianzas públicas. En mayo, la empresa reportó ingresos trimestrales por 15.900 millones de dólares, un crecimiento del 11%, con obligaciones contractuales pendientes que ascienden a 138.000 millones, un 41% más que el año anterior. Además, la compañía anunció una inversión adicional de 3.000 millones en Alemania y Países Bajos para reforzar su infraestructura de nube y capacidades de IA en Europa.

No obstante, algunos analistas mantienen una postura cauta. Un informe reciente de Goldman Sachs reafirmó una calificación “neutral” para las acciones de Oracle, señalando que el enfoque intensivo en infraestructura para entrenamiento de modelos de IA podría presionar los flujos de caja libres en los próximos años, especialmente si los márgenes no logran sostenerse.

Mientras tanto, Jensen Huang, CEO de Nvidia, también ha visto aumentar su riqueza personal, superando incluso a Warren Buffett. En conjunto, estos líderes tecnológicos están redibujando la geografía del poder económico mundial, impulsados por un fenómeno que aún está en sus primeros capítulos: la expansión masiva de la inteligencia artificial.

Una jugada audaz con implicaciones globales

El hecho de que OpenAI —una empresa que acaba de superar los 10.000 millones de dólares en ingresos recurrentes anuales— se comprometa a un gasto tres veces mayor únicamente con Oracle, plantea preguntas profundas sobre la sostenibilidad financiera del sector. La magnitud de esta inversión sugiere que la guerra por el dominio de la IA no se ganará solo con algoritmos o talento, sino con la capacidad de desplegar infraestructuras a una escala inédita en la historia de la computación.

Por su parte, Larry Ellison ha aprovechado su nuevo estatus económico para actualizar su compromiso con la iniciativa filantrópica Giving Pledge, fundada por Bill Gates y Warren Buffett. Aunque reafirmó su intención de donar la mayor parte de su fortuna, Ellison anunció que centrará su legado en el Ellison Institute of Technology, con sede en la Universidad de Oxford. Este instituto se enfocará en proyectos de impacto como nuevas terapias médicas, cultivos avanzados para combatir el hambre y sistemas de energía limpia para frenar el cambio climático.

Así, mientras el mundo observa con atención el despliegue de modelos como GPT-5 o el futuro de los sistemas AGI, una batalla menos visible pero crucial se libra en los cimientos mismos del mundo digital. Oracle, OpenAI y sus aliados están construyendo no solo centros de datos, sino la columna vertebral de la próxima era tecnológica. Una era en la que la computación dejará de ser invisible para convertirse en la infraestructura geopolítica más estratégica del siglo XXI.

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