Las acciones de Anheuser-Busch InBev, la mayor cervecera del mundo, sufrieron una fuerte sacudida este jueves, cayendo hasta un 11% en la apertura de los mercados europeos antes de moderar sus pérdidas hasta el 9%. El desplome bursátil se produjo tras la publicación de sus resultados del segundo trimestre, donde la compañía reveló una caída del 1,9% en el volumen de ventas globales, muy por encima del modesto descenso del 0,3% que anticipaban los analistas.
Este revés en volumen, centrado especialmente en dos mercados clave —China y Brasil—, ha sido interpretado por los inversores como una señal de debilidad subyacente, pese a que los ingresos y beneficios operativos de la empresa se mantuvieron sólidos. La situación pone en entredicho la aparente resiliencia de la demanda de cerveza en algunas regiones, justo cuando el sector esperaba una recuperación más robusta tras varios trimestres de altibajos derivados de factores macroeconómicos y climáticos.
China y Brasil: los puntos ciegos del trimestre
El desempeño en China ha sido particularmente decepcionante. AB InBev reportó una contracción del 7,4% en los volúmenes comercializados en el país asiático, reconociendo que está «por debajo del rendimiento general de la industria» en esa región. En Brasil, el segundo gran lastre del trimestre, la caída fue del 6,5%, atribuida por la compañía a condiciones climáticas adversas y a comparaciones difíciles con un segundo trimestre de 2024 que fue excepcionalmente sólido.
Estos tropiezos en dos mercados estratégicos contrastan con la recuperación vista en Estados Unidos, donde los ingresos crecieron tras una contracción en el primer trimestre. De hecho, la facturación total de AB InBev subió un 3% en términos orgánicos, alcanzando los 15.000 millones de dólares, y el beneficio operativo aumentó un 6,5% interanual, superando las previsiones de los analistas.
Michel Doukeris, CEO de la compañía, destacó que los resultados reflejan “la resiliencia de la categoría cerveza” y el buen desempeño continuo de sus “megamarcas”, como Budweiser, Stella Artois y Corona. Sin embargo, ni siquiera este mensaje optimista logró calmar los ánimos del mercado, que castigó el desvío negativo en volúmenes con una fuerte corrección del precio de la acción.
Vientos cruzados para el sector de bebidas
La debilidad mostrada por AB InBev en varias regiones se produce en un momento de creciente divergencia dentro del sector de bebidas. Mientras las cerveceras se benefician en parte de su producción localizada en Estados Unidos —lo que las protege parcialmente de los nuevos aranceles estadounidenses—, los productores de vinos y licores enfrentan mayores dificultades.
La industria cervecera estadounidense está bajo presión por el aumento del 50% en los aranceles al aluminio, un componente esencial en la producción de latas. No obstante, AB InBev ha recordado que el 98% de sus latas en EE.UU. se fabrican localmente, lo que mitiga en parte el impacto. Por su parte, los productores europeos de vino y espirituosos se encuentran en una situación más frágil, ya que dependen en gran medida del origen de sus productos, actualmente sujetos a una tarifa general del 15% a la espera de un posible acuerdo comercial más amplio entre la Unión Europea y EE.UU.
A pesar del sólido desempeño financiero de AB InBev en términos de ingresos y márgenes, los analistas prevén que la abrupta caída de volúmenes en mercados clave como China y Brasil, así como un rendimiento inferior al esperado en regiones como Medioamérica y EMEA (Europa, Oriente Medio y África), pesarán sobre la acción en el corto plazo. Desde UBS, se advierte que la magnitud del desvío “eclipsará otro trimestre sólido de crecimiento en EBITDA”.
Una corrección que no borra el rally acumulado
Hasta el cierre del miércoles, las acciones de AB InBev acumulaban un alza del 19% en lo que va de año. El desplome de este jueves podría poner fin —al menos temporalmente— al impulso alcista, en medio de preocupaciones más amplias sobre la sostenibilidad del crecimiento en volúmenes en un entorno económico global desigual.
Para los inversores y analistas, el mensaje es claro: los márgenes pueden ser sólidos, pero la salud a largo plazo del negocio cervecero global dependerá de su capacidad para reactivar el volumen en mercados estratégicos y mantenerse competitivo frente a dinámicas cambiantes de consumo. Por ahora, el gigante cervecero tendrá que convencer al mercado de que los tropiezos en China y Brasil son coyunturales y no estructurales.