Mercados

¿Deberían los inversores abandonar las acciones estadounidenses por mercados internacionales?

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Durante más de una década, las acciones estadounidenses lideraron con fuerza los mercados globales, superando sistemáticamente a sus pares internacionales. Pero 2025 ha traído consigo un giro inesperado en la narrativa financiera: la fortaleza que caracterizaba a Wall Street parece estar debilitándose, lo que ha llevado a muchos inversores a replantearse la composición geográfica de sus carteras. Factores como la creciente volatilidad en el mercado norteamericano, la intensificación de las tensiones comerciales y las políticas arancelarias implementadas por el gobierno de Donald Trump están impulsando una reconsideración de estrategias. El índice S&P 500 ha caído más del 6% desde que comenzaron las medidas arancelarias, mientras que el Dow Jones y el Nasdaq han retrocedido más del 7%, cifras que alarman incluso a los más fieles defensores del mercado estadounidense.

Ante esta realidad, algunos expertos financieros coinciden en que la diversificación internacional ya era una estrategia recomendable antes de la reciente inestabilidad, y ahora resulta aún más convincente. Christine Benz, directora de finanzas personales en Morningstar, subraya que la necesidad de abrirse a mercados globales se ha vuelto más urgente. Jacob Manoukian, estratega jefe de inversiones para EE. UU. en J.P. Morgan Private Bank, coincide: “La diversificación global parece una decisión prudente”.

No obstante, otros analistas mantienen que no es momento de abandonar por completo los activos estadounidenses. Paul Christopher, del Instituto de Inversiones de Wells Fargo, asegura que “el mercado estadounidense sigue siendo de calidad y parece una ganga”, especialmente tras las recientes caídas. De hecho, hasta hace poco, el rendimiento anual promedio del S&P 500 desde mediados de 2008 hasta 2024 fue del 11.9%, una ventaja considerable frente al 3.6% anual del índice MSCI EAFE, que representa a mercados desarrollados fuera de EE. UU. y Canadá.

Diversificación y ciclos de mercado: ¿es hora del rebote internacional?

Lo que está ocurriendo en 2025 no es simplemente una mala racha. Para algunos analistas, es la señal de que podríamos estar entrando en un nuevo ciclo en el que las acciones internacionales tomen el liderazgo. Según Hartford Funds, históricamente los periodos de supremacía de las acciones estadounidenses duran unos ocho años. El actual ciclo lleva ya más de 13 años, lo que sugiere que una rotación natural hacia mercados foráneos está atrasada.

Además, los efectos del conflicto comercial se sienten más allá del mercado accionario. Los bonos del Tesoro estadounidense han perdido atractivo y el dólar ha caído a su nivel más bajo en un año. Este tipo de comportamiento simultáneo —caídas en acciones, bonos y moneda— es inusual y genera preocupación entre los inversores institucionales. Janet Yellen, exsecretaria del Tesoro, criticó los aranceles impuestos por Trump, señalando que han creado un clima de incertidumbre paralizante tanto para hogares como para empresas.

Frente a este entorno, algunos asesores financieros, como Barry Glassman, están notando algo poco común: un aumento en las consultas de clientes sobre cómo incrementar la exposición internacional. Glassman, presidente de Glassman Wealth Services, mantiene una estrategia de dos tercios en acciones estadounidenses y un tercio en fondos internacionales, asegurando que no están haciendo ajustes reactivos, sino que construyeron esa posición gradualmente como parte de una política de diversificación constante.

No obstante, los expertos piden cautela. Douglas Boneparth, asesor financiero y miembro del Consejo de Asesores de CNBC, advierte que tomar decisiones precipitadas para compensar pérdidas o perseguir retornos puede ser contraproducente. Recomienda a los inversores revisar sus asignaciones, considerar un reequilibrio estratégico y actuar con moderación. “¿Estás comprando la caída o estás tratando de cronometrar el mercado? Hay una gran diferencia”, puntualiza.

Un momento de reflexión, no de reacción

El entusiasmo por los mercados internacionales ha resurgido, pero eso no significa que se deba abandonar completamente la inversión en EE. UU. Muchos portafolios balanceados ya incluyen exposición internacional como parte de una estrategia de gestión del riesgo. Incluso quienes están ajustando sus carteras lo hacen como parte de un proceso de revisión estructural, no como una respuesta impulsiva al miedo.

A pesar de que las acciones estadounidenses han perdido fuerza en lo que va de año —con el S&P 500 cayendo un 10%, el Nasdaq más del 16% y el Dow un 8%—, eso no implica necesariamente que su tiempo haya terminado. Como indican los ciclos históricos, los mercados tienden a alternar periodos de liderazgo, y eso puede estar ocurriendo ahora. Lo importante es no perder de vista que una cartera bien diversificada no sólo ofrece protección contra la volatilidad, sino que también permite aprovechar oportunidades a nivel global sin dejarse llevar por las emociones del momento.

En conclusión, más que decidir entre invertir solo en EE. UU. o solo en el exterior, la clave parece estar en lograr un equilibrio estratégico. El mercado estadounidense puede estar enfrentando desafíos, pero sigue siendo un jugador de peso. Al mismo tiempo, los mercados internacionales están mostrando signos de revitalización que vale la pena considerar. La lección, como siempre, es que diversificar no solo reduce el riesgo, también abre la puerta a nuevos horizontes de crecimiento.

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