El mercado bursátil japonés experimentó el lunes una dramática caída, marcando el peor día para el índice Nikkei desde el famoso «Lunes Negro» de 1987. Esta fuerte sacudida en los mercados asiáticos ha borrado todas las ganancias acumuladas durante el año y ha sumido a la bolsa japonesa en territorio bajista.
Un desplome histórico para el Nikkei
El índice Nikkei 225 se desplomó un 12,4%, cerrando en 31.458,42 puntos, lo que representa una pérdida de 4.451,28 puntos, la mayor caída en términos absolutos en toda su historia. Este movimiento ha llevado al índice a entrar oficialmente en un mercado bajista, habiendo caído más del 20% desde su máximo histórico alcanzado el 11 de julio. El índice Topix, de base más amplia, no se quedó atrás, sufriendo una caída del 12,23% para cerrar en 2.227,15 puntos.
Las empresas de trading, consideradas pesos pesados del mercado, fueron algunas de las más afectadas. Gigantes como Mitsubishi, Mitsui and Co, Sumitomo y Marubeni vieron sus acciones desplomarse más del 14%, con Mitsui perdiendo casi el 20% de su capitalización de mercado en un solo día.
Repercusiones en la región y factores contribuyentes
La onda expansiva de esta caída se sintió en toda la región Asia-Pacífico. En Corea del Sur, el índice Kospi cayó un 8,77%, mientras que el Kosdaq, centrado en empresas de menor capitalización, se hundió un 11,3%. La magnitud de la venta fue tal que se activaron los interruptores de circuito en ambas bolsas, deteniendo temporalmente las operaciones.
Varios factores parecen haber contribuido a este nerviosismo en los mercados. Por un lado, el yen japonés se fortaleció significativamente, alcanzando su nivel más alto frente al dólar desde enero, lo que podría afectar negativamente a las exportaciones japonesas. Además, los inversores están a la espera de importantes datos comerciales de China y Taiwán, así como de las decisiones de los bancos centrales de Australia e India.
Esta caída masiva en los mercados asiáticos sigue a un viernes negro en Wall Street, donde un informe de empleo en Estados Unidos mucho más débil de lo esperado avivó los temores de una posible recesión. Con el Nasdaq ya en territorio de corrección, y el S&P 500 y el Dow Jones Industrial Average acercándose peligrosamente a ese umbral, los inversores de todo el mundo se mantienen en alerta ante posibles turbulencias adicionales en los mercados financieros globales.