En una decisión histórica, el Banco de Inglaterra ha anunciado una reducción en las tasas de interés, marcando el primer recorte desde el inicio de la pandemia de Covid-19. El Comité de Política Monetaria (MPC, por sus siglas en inglés) votó por un estrecho margen de cinco a cuatro para disminuir la tasa base en un cuarto de punto porcentual, situándola en el 5%.
Esta medida llega después de un año en el que las tasas de interés se mantuvieron en su nivel más alto desde la crisis financiera de 2008. El gobernador Andrew Bailey, quien emitió el voto decisivo, señaló que las presiones inflacionarias han disminuido lo suficiente como para justificar esta reducción.
La decisión refleja la compleja situación económica que enfrenta el Reino Unido. Por un lado, la inflación se ha mantenido en el objetivo del 2% del Banco durante dos meses consecutivos. Por otro, persisten preocupaciones sobre una inflación persistentemente alta que podría arraigarse en la economía.
Bailey advirtió que, aunque esta reducción es un paso positivo, los ahorradores y prestatarios no deberían esperar grandes recortes en los próximos meses. El Banco sigue cauteloso y busca asegurar que la inflación se mantenga baja sin reducir las tasas de interés demasiado rápido o en exceso.
Esta medida ha sido recibida con reacciones mixtas en el ámbito político. El nuevo gobierno laborista ve con buenos ojos la reducción de la presión sobre los hogares en medio de la crisis del costo de vida. Por su parte, los conservadores lo consideran una validación de sus políticas económicas anteriores, aunque quizás demasiado tarde para beneficiarles políticamente.
El Banco de Inglaterra prevé que la inflación podría aumentar temporalmente a alrededor del 2.75% en los próximos meses, pero proyecta que disminuirá a aproximadamente 1.7% en dos años y a 1.5% en 2027. Sin embargo, el MPC advierte que existen varios escenarios posibles para la inflación, dependiendo de cómo respondan la economía y el mercado laboral a las condiciones actuales.
A pesar del recorte en las tasas, el Banco enfatiza que la política monetaria seguirá siendo restrictiva durante el tiempo necesario para asegurar que la inflación regrese de manera sostenible al objetivo del 2% a mediano plazo.
Esta decisión llega en un momento en que la economía británica ha mostrado signos de resiliencia, creciendo más rápido de lo anticipado en los últimos meses. Sin embargo, el Banco prevé un crecimiento más débil en el futuro próximo y advierte sobre un posible aumento del desempleo el próximo año.
En resumen, este primer recorte de tasas desde 2020 marca un punto de inflexión en la política monetaria del Reino Unido, reflejando un delicado equilibrio entre combatir la inflación y apoyar el crecimiento económico en un contexto de incertidumbre persistente.