El Banco de Inglaterra (BoE) ha decidido detener temporalmente los recortes de tasas de interés, adoptando un enfoque más cauteloso a la hora de ajustar su política monetaria. A pesar de que la Reserva Federal de los Estados Unidos redujo sus tasas de manera agresiva, el Comité de Política Monetaria (MPC) del BoE ha optado por mantener las tasas sin cambios en su más reciente reunión. Esta decisión ha sido recibida con interés en los mercados financieros y refleja la estrategia de la institución frente a una economía que aún enfrenta desafíos considerables.
Una decisión dividida, pero firme
En su reunión más reciente, el Comité de Política Monetaria del BoE votó con un margen de 8 a 1 a favor de mantener las tasas de interés sin cambios. El único disidente en el comité abogó por un recorte adicional de 0,25 puntos porcentuales, lo que refleja las diferentes perspectivas sobre cómo debería proceder el banco central en un contexto económico mixto. Esta decisión sigue a un recorte anterior en agosto, cuando el banco central redujo su tasa clave del 5,25% al 5%. A pesar de la división dentro del comité, la mayoría coincidió en que un enfoque más gradual era lo más adecuado dadas las condiciones actuales del mercado.
El BoE ha destacado que la inflación en el sector de servicios sigue siendo elevada, situándose en un 5,6% en agosto, muy por encima del objetivo del 2% del banco central. Esta cifra es particularmente significativa, ya que los servicios representan aproximadamente el 80% de la economía del Reino Unido. A pesar de que la inflación general se ha mantenido más cerca del objetivo, el aumento de los precios en este sector clave continúa preocupando a los responsables políticos.
Impacto en los mercados y expectativas futuras
La decisión del BoE ha tenido un impacto inmediato en los mercados financieros. La libra esterlina se fortaleció tras el anuncio, subiendo un 0,72% frente al dólar estadounidense, alcanzando su nivel más alto desde marzo de 2022. Además, los rendimientos de los bonos del gobierno británico, conocidos como «gilts», también se vieron respaldados por el voto del MPC, lo que refleja una mayor confianza en la economía británica a pesar de los desafíos inflacionarios.
Otro aspecto relevante de la decisión del BoE fue el anuncio de la reducción de su stock de bonos en 100.000 millones de libras (133.000 millones de dólares) durante los próximos doce meses. Este proceso, conocido como ajuste cuantitativo (QT, por sus siglas en inglés), se llevará a cabo a través de ventas activas y el vencimiento de bonos. Aunque algunos esperaban una aceleración del programa, el banco central optó por mantener el ritmo actual, lo que sugiere que prefiere evitar movimientos demasiado abruptos en su política monetaria.
El gobernador del BoE, Andrew Bailey, defendió la necesidad de continuar con el QT, argumentando que es esencial crear espacio para futuras medidas de flexibilización cuantitativa si la situación económica lo requiere. A pesar de que el banco está incurriendo en pérdidas en su programa de QT debido a que los bonos se venden a precios más bajos que cuando fueron comprados, Bailey sostuvo que es crucial continuar con estas ventas para preparar al banco central para futuras contingencias.
La influencia de la Reserva Federal y el contexto internacional
La decisión del BoE se produce justo después de que la Reserva Federal de los Estados Unidos implementara un recorte de tasas de 50 puntos básicos, sorprendiendo a muchos que esperaban un ajuste menos agresivo. Este movimiento de la Fed ha puesto de relieve las diferencias en los enfoques de política monetaria entre las dos economías más grandes del mundo. Mientras que la Fed ha optado por un enfoque más contundente para abordar la desaceleración económica y el enfriamiento del mercado laboral en Estados Unidos, el BoE ha adoptado una postura más cautelosa.
Los analistas señalan que la decisión del BoE refleja las limitaciones a las que se enfrenta en comparación con la Fed. La inflación en el Reino Unido sigue siendo un problema más persistente, y la economía británica, aunque ha mostrado señales de crecimiento, ha sido descrita como «lánguida» por el MPC, con una previsión de crecimiento subyacente de alrededor del 0,3% por trimestre en la segunda mitad del año. Esta proyección modesta justifica, en parte, el enfoque gradual que ha adoptado el BoE.
Kyle Chapman, analista de divisas en Ballinger Group, calificó el voto del BoE como «más decisivo y agresivo de lo esperado», lo que ayudó a fortalecer la libra y a respaldar los rendimientos de los bonos. Chapman también sugirió que esta reunión del MPC podría ser un preludio para un recorte de tasas en noviembre, y que el BoE podría seguir con una reducción trimestral de las tasas en los próximos meses.
En cuanto al futuro, algunos economistas, como Sanjay Raja de Deutsche Bank, han reiterado su previsión de un nuevo recorte de tasas a finales de este año, llevando la tasa clave al 4,75%, con más recortes en 2025. No obstante, otros expertos advierten que el BoE podría enfrentar desafíos adicionales si la inflación en el sector de servicios no muestra signos de desaceleración.
La decisión del Banco de Inglaterra de mantener las tasas de interés sin cambios refleja un enfoque prudente en medio de una economía que aún lucha con una inflación elevada en sectores clave y un crecimiento moderado. A pesar de la influencia de la Reserva Federal y las expectativas del mercado, el BoE ha optado por un camino más cauteloso, priorizando la estabilidad a largo plazo sobre los movimientos rápidos. Con el tiempo, se verá si este enfoque gradual será suficiente para equilibrar las presiones inflacionarias y mantener la recuperación económica del Reino Unido en marcha.