Estados Unidos

Klarna da el salto a Wall Street con una subida del 15% en su estreno bursátil

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La fintech sueca Klarna debutó en la Bolsa de Nueva York con un repunte del 15% en su primera jornada, consolidando su estatus como uno de los actores más influyentes del sector de pagos digitales y confirmando el renovado apetito de los inversores por las salidas a bolsa tecnológicas. Tras fijar el precio de sus acciones en 40 dólares, por encima del rango previsto, el título abrió en 52 dólares antes de estabilizarse y cerrar en 45,82, lo que otorgó a la compañía una valoración de unos 17.300 millones de dólares.

Un estreno que refleja el regreso del apetito inversor

La operación permitió recaudar 1.370 millones de dólares entre la propia Klarna y sus accionistas, en un año marcado por el resurgir de grandes estrenos en el parqué estadounidense. Empresas como Circle, emisora de stablecoins, y Figma, referente en software de diseño, ya habían despertado entusiasmo en el mercado, mientras que la inminente salida de Gemini, la plataforma de intercambio de criptomonedas, anticipa que 2025 podría ser recordado como el año del regreso de las grandes OPV tecnológicas.

Sebastian Siemiatkowski, cofundador y consejero delegado de Klarna, comparó el debut con “una boda”, un momento largamente preparado que simboliza un nuevo capítulo en la vida de la compañía. Sin embargo, matizó que lo realmente importante empieza después: demostrar que el modelo de negocio puede sostenerse en el tiempo bajo la presión de los mercados públicos.

La empresa, famosa por popularizar el sistema de compra ahora y pago después (BNPL, por sus siglas en inglés), afronta ahora la prueba de convencer a Wall Street de que su apuesta por la expansión bancaria es más que una estrategia de diversificación. Klarna ha lanzado cuentas de depósito y una tarjeta de débito en Estados Unidos, donde ya cuenta con 700.000 clientes activos y una lista de espera de 5 millones de personas.

Entre la competencia feroz y los retos regulatorios

El mercado de “compra ahora, paga después” se ha convertido en uno de los más disputados del ecosistema fintech. Klarna compite con Affirm en Estados Unidos, cuya tarjeta ha captado a dos millones de usuarios desde 2021, y con Afterpay, adquirida por Block en 2021 por 29.000 millones de dólares. La estrategia de Klarna se centra en captar un perfil de consumidor distinto, más orientado a productos cotidianos y a la banca digital, frente al enfoque de financiación de compras de mayor importe que caracteriza a algunos de sus rivales.

No obstante, el entorno regulatorio podría enfriar parte del entusiasmo. En el Reino Unido, el Gobierno estudia imponer una supervisión más estricta al BNPL, en un intento de proteger a los consumidores frente a riesgos de sobreendeudamiento. Este escrutinio amenaza con introducir nuevas barreras regulatorias en un modelo de negocio que hasta ahora había prosperado gracias a la flexibilidad y ausencia de trabas normativas.

Los grandes ganadores y perdedores de la OPV

La salida a bolsa de Klarna ha supuesto un hito para sus inversores históricos. Sequoia Capital, que apostó por la fintech en 2010, ha visto cómo su inversión inicial de 500 millones de dólares se ha transformado en un retorno acumulado de 2.650 millones. La firma vendió dos millones de acciones en la oferta, un movimiento parcial que le permite cristalizar beneficios sin perder exposición futura.

En cambio, no todos los accionistas han salido bien parados. SoftBank, que lideró una ronda de financiación en 2021 cuando la compañía estaba valorada en 46.000 millones de dólares, ha sufrido una fuerte depreciación de su participación. El contraste entre los retornos millonarios de Sequoia y las pérdidas de SoftBank ilustra la volatilidad de un sector en el que las valoraciones se disparan en los ciclos alcistas, pero se ajustan con fuerza cuando cambian las condiciones macroeconómicas.

Una fintech europea con ambiciones globales

Más allá de las cifras inmediatas, el debut de Klarna tiene una carga simbólica: confirma la consolidación de una compañía europea en el corazón financiero de Nueva York. Con más de 100 millones de consumidores, un volumen bruto de mercancías superior a 100.000 millones de dólares y cerca de un millón de comercios asociados, la fintech sueca ha logrado exportar su modelo de pagos desde Estocolmo hasta los grandes mercados globales.

El reto ahora será mantener el ritmo de innovación en un sector donde la tecnología y la regulación evolucionan a gran velocidad. Klarna no solo deberá afianzar su propuesta frente a rivales consolidados, sino también demostrar que puede generar rentabilidad sostenida en un entorno en el que los márgenes se reducen y la competencia por la fidelidad del consumidor es cada vez más intensa.

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