El grupo gallego de distribución de moda ha presentado unos resultados semestrales que confirman una tendencia de moderación en las ventas, al tiempo que refuerzan su solidez financiera. Con un crecimiento del 1,6% en la facturación y un incremento marginal del 0,8% en el beneficio neto, Inditex logra sostener la rentabilidad pese a la presión de los tipos de cambio y un contexto global menos expansivo. La compañía, que alcanzó 18.357 millones de euros en ventas y 2.791 millones en ganancias netas durante la primera mitad de 2025, demuestra así su capacidad de resistencia en un sector altamente volátil.
El freno en las ventas y el papel de los tipos de cambio
El crecimiento registrado por Inditex en el primer semestre del ejercicio se sitúa en mínimos desde la pandemia. El avance del 1,6% en las ventas refleja, en buena medida, el lastre de la evolución de las divisas. A tipos de cambio constantes, el incremento habría sido del 5,1%, una diferencia que revela el impacto real de la depreciación de algunas monedas en los principales mercados donde opera la compañía.
El margen bruto se mantuvo estable en el 58,3% de las ventas, lo que indica que, a pesar del entorno complejo, el grupo ha sabido contener costes y preservar la eficiencia operativa. El beneficio operativo bruto (ebitda) se situó en 5.114 millones de euros, con un avance del 1,5% respecto al mismo periodo de 2024.
La red comercial continuó ajustándose: el grupo cerró junio con 5.528 tiendas, frente a las 5.667 de un año antes. Massimo Dutti fue la única cadena que redujo puntos de venta, mientras que Zara, Bershka o Stradivarius siguieron reforzando su presencia selectiva. En términos geográficos, Asia y América pierden peso relativo en la facturación, lo que subraya la creciente centralidad de Europa y, especialmente, de España como mercados de referencia.
El optimismo del mercado y la apuesta por Estados Unidos
Si bien las cifras del semestre reflejan cierta desaceleración, la reacción del mercado ha sido positiva. El anuncio de un repunte del 9% en las ventas a tipos de cambio constantes durante el inicio del tercer trimestre —coincidiendo con la campaña de otoño-invierno— ha devuelto la confianza a los inversores. Las acciones de Inditex, que habían caído cerca de un 13% desde junio, experimentaron subidas superiores al 7% en la bolsa española tras la presentación de resultados, superando los 45,6 euros por título.
Los analistas apuntan que el repunte inmediato de la cotización responde al tirón de las ventas recientes, pero advierten que la verdadera clave está en la estrategia de inversión. El grupo ha comprometido 1.800 millones de euros en 2025 para ampliar su capacidad operativa y reforzar la digitalización de su red, con un énfasis particular en Estados Unidos, donde abrirá en breve en Charlotte, su tienda número 26 en ese país. La apuesta por el mercado norteamericano no es casual: Inditex lo considera estratégico, pese a la incertidumbre política derivada del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
En este sentido, la compañía insiste en que continuará con un crecimiento selectivo, basado en aperturas emblemáticas y reformas que fortalezcan la experiencia de cliente tanto en tienda como online. La combinación de expansión física y apuesta digital sigue siendo la piedra angular de su modelo de negocio, que le ha permitido mantener márgenes estables incluso en fases de estancamiento del consumo.
Perspectivas: estabilidad con foco en rentabilidad
Los resultados confirman que Inditex ha entrado en una fase de maduración donde el crecimiento acelerado cede espacio a la gestión eficiente y la búsqueda de rentabilidad sostenida. El desafío inmediato es demostrar que el impulso de la campaña de otoño-invierno se consolida más allá de un trimestre y se traduce en un repunte estable de la facturación.
Al mismo tiempo, la compañía debe gestionar con prudencia el impacto de las divisas, la ralentización de mercados clave y la competencia creciente de nuevos actores digitales y cadenas internacionales. Sin embargo, su fortaleza de balance, su capacidad de generar caja y su disciplina en la expansión colocan al grupo en una posición privilegiada para afrontar los próximos meses.
El mensaje que lanza a inversores y analistas es claro: Inditex ya no compite por crecer a cualquier precio, sino por sostener un modelo rentable y flexible, capaz de adaptarse a las turbulencias del mercado global sin renunciar a la innovación ni a la expansión estratégica. En un sector donde el consumidor cambia de hábitos a gran velocidad, esa combinación puede ser la clave para prolongar su liderazgo en la próxima década.