Estados Unidos

Robinhood alcanza máximos históricos en bolsa gracias a las cripto

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La plataforma de servicios financieros Robinhood ha vivido un 2025 de ensueño en los mercados. Sus acciones han subido más de un 160% en lo que va del año, impulsadas en gran parte por el auge de las criptomonedas, el optimismo general en torno al sector tecnológico y el renovado apetito por parte de los inversores minoristas. El viernes 11 de julio, la acción alcanzó un máximo intradía superior a los 101 dólares, un hito nunca antes visto en la corta pero intensa historia bursátil de la compañía.

Este rally se ha producido en un contexto de fuerte crecimiento para las acciones relacionadas con criptomonedas como Bitcoin, así como otras firmas fintech. Sin embargo, el entusiasmo del mercado contrasta con una realidad más compleja. Robinhood no solo lidia con presiones regulatorias en su país de origen, sino también con crecientes cuestionamientos en Europa y críticas por parte de las propias empresas cuyas acciones sintéticas ofrece a través de tokens.

Uno de los frentes más sensibles es la investigación abierta por la fiscalía general de Florida, que acusa a Robinhood Crypto de prácticas engañosas. El fiscal James Uthmeier sostiene que la empresa ha promocionado erróneamente sus operaciones como las más baratas del mercado. El eje del conflicto gira en torno a la práctica del “pago por flujo de órdenes” (payment for order flow), una estrategia comercial mediante la cual intermediarios financieros pagan a plataformas como Robinhood para ejecutar operaciones. Según la fiscalía, esta dinámica puede traducirse en precios menos favorables para los usuarios finales.

Desde Robinhood, su abogado general Lucas Moskowitz ha defendido la transparencia de la compañía, asegurando que las tarifas y spreads son explicados de forma clara en cada transacción. “Ofrecemos costos promedio competitivos y la información está al alcance del cliente durante todo el proceso de trading”, afirmó.

Nuevas estrategias cripto, fricción con OpenAI y reguladores europeos atentos

A la investigación en Florida se suma otra polémica en el terreno de las criptomonedas: Robinhood ha decidido empezar a cobrar una comisión del 25% sobre las recompensas de staking a partir del 1 de octubre para sus usuarios en Estados Unidos, y del 15% para los europeos. Este movimiento ha generado críticas entre la comunidad cripto, especialmente por marcar un giro en la estrategia de la compañía, que anteriormente se había mantenido al margen del staking debido a la incertidumbre regulatoria. Si bien otras plataformas como Coinbase aplican tasas similares, el cambio de postura ha sido percibido como una decisión oportunista tras el relajamiento de la política de la SEC bajo la administración Trump.

Y si esto no fuera suficiente, Robinhood también ha encendido las alarmas en Europa con su incursión en los activos tokenizados que ofrecen exposición sintética a compañías privadas como OpenAI o SpaceX. La estrategia consiste en emitir tokens respaldados por vehículos de propósito especial (SPVs), los cuales adquieren acciones reales de estas firmas. Los usuarios, en lugar de ser accionistas directos, compran una representación digital del valor de esos activos.

OpenAI ha alzado la voz al respecto, advirtiendo que dichos tokens no cuentan con su autorización ni representan acciones reales de la empresa. Robinhood, por su parte, ha reconocido que estos instrumentos no otorgan derechos de voto ni propiedad directa, pero ha defendido su utilidad como vía de acceso para pequeños inversores a compañías de alto crecimiento que, de otro modo, estarían fuera de su alcance. Vlad Tenev, CEO de Robinhood, argumenta que se trata de una forma legítima de dar exposición al potencial de la inteligencia artificial, un sector que considera revolucionario.

El Banco de Lituania, que actúa como regulador principal de Robinhood en la Unión Europea, ha señalado que se encuentra evaluando la legalidad de estos instrumentos, y que espera información adicional de la empresa antes de emitir un juicio definitivo. Desde la compañía aseguran estar colaborando plenamente con las autoridades y haber diseñado estos productos desde el inicio con la intención de resistir cualquier escrutinio legal.

Un futuro prometedor, aunque lleno de incertidumbre

A pesar del ruido regulatorio y las críticas de empresas tecnológicas y usuarios, Robinhood sigue ganando terreno como uno de los principales actores del ecosistema fintech. Parte de esta resiliencia se explica por el respaldo político que ha recibido en los últimos meses. En especial, la plataforma se perfila como una gran beneficiaria del nuevo megaproyecto legislativo impulsado por el presidente Trump, que contempla la creación de cuentas de inversión financiadas por el Estado con 1.000 dólares para cada recién nacido estadounidense. Robinhood ya ha anunciado que está trabajando en una aplicación específica para gestionar las llamadas “Trump Accounts”, lo que podría abrirle la puerta a millones de nuevos usuarios en los próximos años.

En resumen, Robinhood vive un momento dorado en bolsa, pero su crecimiento viene acompañado de un entorno regulatorio cada vez más complejo y de decisiones estratégicas que están bajo la lupa de gobiernos, competidores y clientes. La forma en la que afronte estos desafíos determinará si su ascenso bursátil se consolida como un punto de inflexión hacia la madurez o se convierte en un espejismo de corto plazo. Por ahora, los mercados siguen apostando por su capacidad de adaptación e innovación, pero los próximos meses serán clave para medir hasta qué punto puede sostener su ambiciosa expansión global.

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