Economía

Japón enfrenta crisis demográfica y escasez de mano de obra mientras la población envejecida alcanza un récord histórico

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Japón se encuentra en medio de una crisis demográfica sin precedentes que amenaza con trastornar su economía y su estructura social. La población del país ha estado en declive durante años, pero lo más preocupante es el aumento desproporcionado de su población anciana. Según datos del gobierno japonés, la cantidad de personas de 65 años o más ha alcanzado un máximo histórico de 36.25 millones, representando el 29.3% de la población total. Esto convierte a Japón en el país con la mayor proporción de personas mayores en el mundo.

La celebración del “Día de Respeto a los Ancianos” en Japón, una festividad nacional dedicada a honrar a los mayores, ha dejado en evidencia una realidad compleja: el envejecimiento de la población está impactando gravemente en el mercado laboral y en el futuro de la economía nipona.

El mercado laboral japonés en crisis

El aumento de la población anciana ha generado un problema fundamental en Japón: la falta de mano de obra. A medida que los trabajadores de mayor edad se retiran, el país enfrenta una escasez de jóvenes para ocupar sus puestos. Según una encuesta de Teikoku Databank, más de la mitad de las empresas japonesas, en diversos sectores, afirman estar sufriendo una falta de empleados a tiempo completo.

Robert Feldman, asesor sénior de Morgan Stanley MUFG Securities, ha señalado que esta escasez laboral es especialmente evidente en sectores intensivos en mano de obra, como la industria de servicios alimentarios. Feldman advierte que el retiro masivo de los trabajadores ancianos sin un reemplazo suficiente de jóvenes trabajadores creará un vacío difícil de llenar.

A pesar de que en 2023 la cantidad de trabajadores mayores de 65 años aumentó por vigésimo año consecutivo, alcanzando un récord de 9.14 millones, esto no representa una solución a largo plazo. Estos trabajadores, al retirarse definitivamente, dejarán un hueco en el mercado laboral que será cada vez más difícil de llenar, exacerbando una crisis laboral que ya se siente con fuerza.

Soluciones insuficientes y desafíos a largo plazo

El gobierno japonés ha reconocido la magnitud del problema y ha implementado diversas medidas para tratar de revertir el descenso de la tasa de natalidad del país. Entre las iniciativas se encuentran el aumento de los fondos para la crianza de los hijos y el apoyo a la creación de más instalaciones de cuidado infantil. Incluso se han promovido aplicaciones de citas respaldadas por gobiernos locales, con el fin de fomentar el matrimonio y la procreación entre los ciudadanos japoneses.

Sin embargo, estas políticas, aunque bienintencionadas, no ofrecen soluciones inmediatas a la escasez de mano de obra que enfrenta Japón. Feldman predice que para 2040, el porcentaje de personas mayores podría aumentar aún más, alcanzando un 34.8% de la población total. Además, se estima que para el año 2050, la fuerza laboral total podría reducirse drásticamente, pasando de los 69.3 millones actuales a solo 49.1 millones.

Ante este panorama desalentador, Japón ha comenzado a abrirse gradualmente a la inmigración, con un récord de 2 millones de trabajadores extranjeros en 2024. Según informes locales, el país busca aumentar esta cifra en 800,000 más en los próximos cinco años. No obstante, para compensar las pérdidas demográficas previstas en las próximas décadas, Japón necesitaría añadir millones de trabajadores nacidos en el extranjero a un ritmo mucho más rápido, algo que, según Feldman, es poco probable que ocurra.

La solución más viable para Japón, según algunos expertos, radica en mejorar la productividad de los jóvenes que permanecerán en la fuerza laboral. Esto requerirá mayores inversiones de capital en la capacitación y el desarrollo de habilidades, así como la implementación de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial (IA) y la automatización.

Inteligencia artificial y cambios sociales

La IA ha sido frecuentemente presentada como una posible solución a la crisis demográfica de Japón. Sin embargo, según Carlos Casanova, economista sénior para Asia en UBP, hasta ahora no ha tenido el impacto esperado. «La IA puede ser parte de la solución, pero hay otras cosas que también deben hacerse», declaró Casanova. Entre esas otras soluciones, mencionó la necesidad de incrementar la participación femenina en la fuerza laboral, así como realizar cambios sociales y estructurales.

Japón es una sociedad que depende en gran medida del consumo interno. Para mantener el impulso económico, es esencial contar con una fuerza laboral considerable que no solo genere ingresos, sino que también los gaste, manteniendo en funcionamiento el motor económico del país. Sin una fuerza laboral adecuada, la estabilidad económica del país podría verse seriamente comprometida.

En resumen, Japón se enfrenta a un reto monumental: equilibrar una población en rápido envejecimiento con una disminución de su fuerza laboral. A pesar de los esfuerzos del gobierno para fomentar la natalidad y atraer más inmigrantes, la solución a largo plazo parece requerir una combinación de tecnología, mejoras en la productividad y cambios sociales profundos. Solo el tiempo dirá si estas medidas serán suficientes para contrarrestar los efectos devastadores de la crisis demográfica que se avecina.

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