Moderna, la compañía biotecnológica que ganó relevancia global con su vacuna contra el COVID-19, ha anunciado una ambiciosa estrategia para ajustar su futuro tras la disminución de su negocio vinculado a la pandemia. La empresa prevé recortar costos por un total de 1,1 mil millones de dólares para 2027, mientras se prepara para el lanzamiento de una serie de nuevos productos, con la expectativa de obtener la aprobación de 10 de ellos en los próximos tres años.
La estrategia de Moderna no solo implica innovar con nuevos productos, sino también la reestructuración de su portafolio de investigación y desarrollo (I+D), lo que conlleva la paralización de ciertos proyectos y la cancelación de otros. Con esta medida, la empresa busca equilibrar el gasto en investigación, que ha sido significativo en los últimos años debido a la rápida expansión de su programa de vacunas durante la pandemia.
Reducción de costos y cambios en el portafolio
Moderna ha hecho énfasis en la necesidad de ajustar sus inversiones en I+D, y su objetivo es reducir los gastos en esta área a un rango de entre 3,6 y 3,8 mil millones de dólares para el año 2027. Esto supone una disminución respecto a los 4,8 mil millones de dólares que la empresa proyecta gastar al cierre de 2024.
El director ejecutivo de Moderna, Stéphane Bancel, explicó que algunos estudios que estaban en marcha serán detenidos, y la compañía también ha decidido poner en pausa su portafolio de productos latentes, un grupo de investigaciones orientadas a virus que permanecen en el organismo sin manifestar síntomas, pero que pueden reactivarse más tarde y causar complicaciones graves. Según Bancel, la empresa se está enfocando en gestionar mejor el ritmo de sus inversiones en nuevos desarrollos, dada la abundancia de productos en su pipeline que han mostrado buenos resultados.
Nuevos productos y enfoque en enfermedades respiratorias
Durante un evento anual destinado a inversores, Moderna presentó actualizaciones clave sobre su pipeline de productos, incluyendo vacunas en etapas avanzadas de ensayo. Entre las más destacadas se encuentra su vacuna contra el virus respiratorio sincitial (RSV), que ha mostrado resultados positivos en adultos de alto riesgo entre 18 y 59 años. Además, la compañía planea solicitar la aprobación de esta vacuna para dicho grupo etario, con la esperanza de que esté disponible antes de la temporada de RSV en 2025. Esto es particularmente importante, ya que hasta el momento no existen vacunas aprobadas para adultos jóvenes con riesgo de complicaciones por RSV.
Otro avance relevante es el de su vacuna experimental contra la gripe, que en ensayos de fase tres ha demostrado generar una respuesta inmune superior a la de las vacunas contra la gripe disponibles en la actualidad. Este producto, destinado a personas mayores de 65 años, forma parte de la estrategia de Moderna para expandirse más allá de las vacunas contra el COVID-19.
La compañía también está trabajando en una vacuna combinada que apunta tanto al COVID-19 como a la gripe, la cual podría someterse a aprobación en Estados Unidos este año. A estos productos se suman cinco más dentro del área respiratoria que se encuentran en etapas avanzadas de desarrollo.
Perspectivas futuras y crecimiento de ingresos
Moderna espera que sus esfuerzos en el desarrollo de nuevos productos le permitan alcanzar un crecimiento significativo en sus ingresos. La compañía proyecta que para 2025 sus ingresos estarán entre los 2,5 mil millones y 3,5 mil millones de dólares, con una tasa de crecimiento anual compuesta de más del 25% entre 2026 y 2028, impulsada por el lanzamiento de nuevos productos.
En el horizonte de 2027, Moderna tiene en desarrollo cinco productos no respiratorios que incluyen tratamientos para el cáncer, virus latentes y enfermedades raras. Uno de los proyectos más ambiciosos es una vacuna personalizada contra el cáncer que está siendo desarrollada en colaboración con Merck. Esta vacuna, que se administra en combinación con Keytruda, está siendo evaluada en pacientes con cáncer de piel en fase avanzada, con resultados preliminares prometedores.
Sin embargo, la empresa ha señalado que la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) no ha sido favorable a otorgar una aprobación acelerada para este tratamiento basado en los datos actuales. No obstante, Bancel indicó que las conversaciones con los reguladores continuarán y que están generando más datos para respaldar una eventual aprobación.
Desafíos y cancelaciones en el pipeline
A pesar de los logros y avances, Moderna también ha enfrentado desafíos en su pipeline. La compañía ha decidido detener el desarrollo de su vacuna contra el RSV para niños menores de dos años debido a datos clínicos emergentes que no han cumplido con las expectativas. Este tipo de decisiones reflejan el enfoque de la empresa en priorizar los proyectos con mayores probabilidades de éxito y beneficios significativos para la salud pública.
En paralelo, Moderna también está avanzando con una vacuna contra el norovirus, un virus altamente contagioso que provoca gastroenteritis. La empresa prevé iniciar un ensayo de fase tres de esta vacuna en breve, con la expectativa de finalizar el estudio en aproximadamente un año. Si los resultados son positivos, la vacuna podría estar lista para su aprobación y lanzamiento en dos años, lo que representaría un importante avance, ya que actualmente no existen tratamientos efectivos contra el norovirus.
En resumen, Moderna está en una fase de transición importante, ajustando su modelo de negocio para un mundo post-pandemia. Con la mira puesta en nuevos productos y una estrategia clara de reducción de costos, la compañía busca consolidar su posición como líder en el desarrollo de vacunas innovadoras, tanto en el ámbito de enfermedades respiratorias como en otras áreas críticas de la salud.