El motor económico de Estados Unidos, impulsado por el gasto del consumidor desde la pandemia, está mostrando señales de desaceleración. Un creciente número de empresas, economistas e inversores advierten sobre un posible agotamiento del consumidor estadounidense, lo que podría tener implicaciones significativas para la economía más grande del mundo.
Economía en la Cuerda Floja
A pesar de que los datos del jueves pasado mostraron un crecimiento del PIB más fuerte de lo esperado en el segundo trimestre, en gran parte gracias al gasto de consumo, el inicio incierto de la temporada de ganancias corporativas ha generado preocupaciones. Kathy Bostjancic, economista jefe de Nationwide Mutual, anticipa una reducción en el gasto de los consumidores durante la segunda mitad del año, citando el agotamiento de los ahorros de la pandemia, el aumento del endeudamiento en hogares de bajos ingresos y la expectativa de un enfriamiento en el crecimiento del empleo.
La confianza del consumidor también está flaqueando. El índice de la Universidad de Michigan cayó a su nivel más bajo en ocho meses en julio, con una lectura final de 66.4. Joanne Hsu, directora de la encuesta, señaló que «los precios altos siguen afectando las actitudes, particularmente para aquellos con ingresos más bajos».
Advertencias del Sector Empresarial
Varias empresas de alto perfil han emitido advertencias sobre la suavización de la demanda:
- Whirlpool reportó que los consumidores están «cansados», con una demanda particularmente débil entre los compradores «discrecionales».
- UPS, a menudo considerado un indicador de la economía en general, no cumplió con las estimaciones de los analistas y redujo sus previsiones para el resto del año.
- Aerolíneas admitieron haber sobreestimado la fortaleza de la demanda en el segundo trimestre.
- Lamb Weston, proveedor importante de papas para cadenas de restaurantes, advirtió sobre una caída acelerada en la demanda.
Cambios en los Patrones de Consumo
Max Gokhman, de Franklin Templeton Investment Solutions, señala que los datos en tiempo real sugieren una desaceleración de los consumidores. Se observa un cambio hacia productos orientados al valor y un aumento en los préstamos entre los consumidores de menores ingresos.
Austan Goolsbee, presidente de la Fed de Chicago, sugiere que podría estar ocurriendo un retorno a los patrones de gasto pre-pandemia, con los consumidores volviendo a gastar más en servicios que en bienes.
Implicaciones para la Política Monetaria
Esta desaceleración podría tener un lado positivo para la Reserva Federal en su lucha contra la inflación. Una reducción en el gasto del consumidor podría facilitar el objetivo de regresar la inflación al 2%.
Lisa Cook, gobernadora de la Fed, ha notado el regreso de los descuentos en grandes minoristas, indicando una creciente resistencia de los consumidores a las subidas de precios. También se observa un cambio de compradores de mayores ingresos hacia tiendas de descuento.
Notas de Optimismo Cauteloso
A pesar de las advertencias, algunas empresas mantienen una perspectiva cautelosamente positiva:
- Colgate-Palmolive reportó un aumento del 4.7% en los volúmenes de ventas interanuales en el segundo trimestre y elevó su pronóstico para el año.
- Coca-Cola, aunque reconoce presiones en algunos segmentos de consumidores en mercados desarrollados, señaló un crecimiento en las ventas de productos premium.
Conclusión
El panorama económico de Estados Unidos se encuentra en un punto de inflexión. Mientras que el gasto del consumidor ha sido el pilar de la recuperación económica post-pandemia, las señales de agotamiento son cada vez más evidentes. La capacidad de los consumidores para mantener su nivel de gasto frente a la inflación persistente, el agotamiento de los ahorros y los cambios en los patrones de consumo será crucial para determinar la trayectoria económica en los próximos meses.
Las decisiones de política monetaria de la Reserva Federal, que se reunirá esta semana, podrían verse influenciadas por estas tendencias emergentes. La desaceleración del gasto del consumidor podría proporcionar el alivio inflacionario que busca la Fed, pero también plantea riesgos para el crecimiento económico general.
En última instancia, la resistencia y adaptabilidad del consumidor estadounidense, junto con las respuestas políticas y corporativas a estos desafíos, determinarán si esta desaceleración es un ajuste temporal o el comienzo de un cambio más profundo en la dinámica económica de Estados Unidos.